A la hora de realizar una reforma o plantear una obra nueva, los diferentes tipos de revestimientos para las paredes hacen posible decorar y al mismo tiempo “esconder” algunas imperfecciones de nuestras paredes. Aunque los más habitual es pintar, hoy día las opciones son múltiples a la hora de decidir el revestimiento que deseamos para nuestra pared. La pintura suele ser una decisión fácil y con poca novedad. Revestir las paredes a nuestro gusto decorativo para conseguir un hogar diferente, adecuándolo a la opción estética que más se acerque a nuestra personalidad es viable con un presupuesto que no resulte excesivo, algo que siempre es importante valorar.
Los paneles de madera son una propuesta de calidad que se adapta a la perfección a la calidez que requiere una sala, el recibidor o incluso el exterior de nuestra casa, dada su versatilidad y capacidad de adaptarse a las inclemencias. La madera es idónea para cubrir las imperfecciones de la pared, añadiendo un nivel de aislamiento acústico y térmico que redundará en una mayor eficiencia energética y un mayor confort. Una buena alternativa para un menor mantenimiento es la imitación.
Los espejos también se han extendido con la intención de dar una sensación de amplitud a la sala o a donde los coloquemos. El mármol es un elemento distinguido y elegante que es idóneo para espacios como la cocina o el baño, sus lugares habituales en muchas viviendas. Pero este producto ha saltado a otras estancias y cada vez más es posible encontrarlo en otras zonas, otorgándoles la distinción innata que rezuma. Bien es cierto que se trata de uno de los revestimientos más costosos del mercado, lo que a menudo hace que el cliente se muestre reacio a su uso. La solución es usarlo con cabeza, no abusar de él e incluso apostar por algunas imitaciones que pasarán desapercibido a tus visitas.
Otra propuesta es la que se basa en materiales como la cerámica, la pizarra o la piedra, materiales que en su versión natural suelen resultar algo caros, pero de los que existen sustitutos artificiales que emulan a la perfección la estética de esos productos. Hay posibilidades que resultan muy asequibles y que apenas señalan su artificialidad a primera vista. También los azulejos son tradicionalmente usados en espacios como la cocina o el baño, donde han sido relegados durante mucho tiempo, y de donde han conseguido salir hasta otras estancias, en las que se valora su fácil limpieza y su práctica colocación. Habitaciones, pasillos, o recibidores pueden ganar encanto con su uso, siempre sin abusar y aprovechándonos de la larga lista de posibilidades que hoy día ofrece el mercado en este material. Ni que decir y tiene que su uso en exteriores resulta especialmente indicado.
Una decisión que está cada vez más extendida es la de usar materiales naturales como el corcho, el junco o las telas, que son un excelente aislante a la vez que resultan originales y atractivos. Rompen con lo establecido y pueden usarse de muy diversas maneras. Solo suma en su contra que se deterioran con mayor facilidad por lo que hay que cuidarlos mucho. No olvidemos al papel pintado y toda su gama de ideas. Si se estropea o nos aburrimos es tan simple como quitarlo y poner otro.
El vidrio, el metal, el hormigón o paneles con textura son otras oportunidades para dar un giro a tu hogar.